El descubrimiento de un diente de tiranosaurio incrustado en las vértebras de otro dinosaurio es la primera prueba de que el temible animal también cazaba presas vivas, según un estudio publicado este lunes en Estados Unidos. Los científicos debaten desde hace tiempo si los fósiles hallados permiten probar que el tiranosaurio era un cazador feroz y no simplemente un carroñero que devoraba los restos de animales muertos. Anteriores hallazgos de huesos de dinosaurios en los estómagos de tiranosaurios rex fosilizados ya habían dado a entender que el animal -que vivió al final del Cretáceo, hace unos 66 a 100 millones de años- era un poderoso depredador, pero no habían permitido probar que era solo un carroñero ocasional.
Este nuevo estudio publicado en la revista estadounidense 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS) revela el primer hallazgo de un diente roto de dinosaurio en los huesos de otro, precisamente entre dos vértebras de un dinosaurio herbívoro. «Lo que podemos concluir, sin ninguna duda, es que este tiranosaurio inició un combate con otro dinosaurio vivo», explica el principal autor del estudio, Robert DePalma, del Museo de Historia Natural de Palm Beach en Florida. Estos huesos fueron hallados en 2007 en un sitio arqueológico en el que abundan fósiles de dinosaurios, ubicado entre Montana (noroeste), Dakota del Norte y Dakota del Sur (norte). El trozo de diente en cuestión mide 3,75 centímetros de largo. Los dientes del tiranosaurio alcanzaban el tamaño promedio de una banana.
En el fósil que se encontró, el hueso del dinosaurio atacado volvió a crecer luego de la herida provocada por el diente, lo que hace pensar que el dinosaurio logró escapar del combate y que la herida cicatrizó.»Se trata de una pieza extremadamente rara», comentó DePalma. «Nunca pensamos que podríamos haber encontrado algo tan claro». Pero los paleontólogos precisan que este hallazgo tampoco significa que el tiranosaurio solo se alimentaba de animales vivos; también comía animales muertos, «como la mayoría de los grandes depredadores de nuestra época», indica el texto. Jack Horner, curador de paleontología del Museo de las Rocosas en Bozeman, Montana, no está muy convencido de las conclusiones de esta investigación.
Este científico describe al tiranosaurio más como una hiena que como un león, es decir, como un animal que se alimenta tanto de carroña como de animales recién cazados, tanto grandes como pequeños .Horner también defendió la teoría según la cual los brazos cortos del tiranosaurio, su cuerpo voluminoso y su olfato muy desarrollado lo volvían perfectamente apto para percibir el olor de los animales muertos. Consultado por este nuevo estudio, Horner mantuvo su posición: «Sin duda no refuta nuestra teoría según la cual el tiranosaurio rex era un carnívoro oportunista como la hiena. Simplemente muestra que un tiranosaurio mordió a otro dinosaurio».